miércoles, 15 de abril de 2009


PRIMEROS LIBROS PARROQUIALES

En 1779 el obispo Sebastián Malvar y Pinto, procedente de Montevideo, visita este territorio que pertenecía a su diócesis. Viendo la cantidad de habitantes y sus necesidades decide fundar una parroquia. Así es que tenemos libros parroquiales desde 1781. Dice Olga G. De Massoni en su libro “Gualeguay - 1765-1900”: “En el libro primero de la parroquia San Antonio se encuentran decenas de páginas donde el Cura Rector de turno ha escrito la palabra INDIO…” “Sólo fueron dueños del infortunio. Procedían, casi en su totalidad, de los diecisiete pueblos jesuíticos fundados en las cercanías de los ríos Paraná y Paraguay que albergaron alrededor de 54.000 almas... notamos la imposición de un nombre cristiano junto al apellido indígena.”
Esto ocurrió después que la Orden de la Compañía de Jesús fue expulsada del continente por el Rey de España en 1767, debido a intrigas políticas de los conquistadores sobre los sacerdotes.
Estas poblaciones guaraníticas se dispersaron en forma radial buscando formas de supervivencia. Muchos de estos aborígenes, que en la organización estatal del siglo XIX fueron llamados naturales, formaron parte de la milicia que, años después, apoyará la Revolución de Mayo. También así los descendientes de africanos mezclados en el crisol local fueron parte de los ejércitos patrios.


"Hombres de Lazo". Cesáreo Bernaldo de Quirós. 1949.


FUNDACIÓN DE LA CIUDAD

Pero volvamos a la capillita local. El nuevo párroco, padre Fernando Andrés de Quiroga y Taboada, viendo que la capilla estaba en un sitio que se anegaba decide trasladarla a La Cuchilla, dos leguas al norte de la ciudad actual y a treinta cuadras del río. Además impone una imagen de San Sebastián en lugar de San Antonio. Estos hechos generan el rechazo en algunos pobladores y enseguida se forman dos grupos antagónicos. Ambos grupos dirigen sus reclamos al Virrey quien manda a un militar guatemalteco de servicio en Montevideo: Don Tomás de Rocamora, como comisionado componedor.

Ya por esa época, cuenta Don Tomás, en nuestra localidad los pobladores tenían la costumbre de tomar mate y comer asado. Rocamora, obtenida la aprobación del Virrey, hace desmontar la plaza y marca las calles con el apoyo del agrimensor D. Pedro Olmos.
Mientras se realizaban estos trabajos, el padre Quiroga no participó y permaneció en la nueva capilla de La Cuchilla y, en carta elevada a la superioridad eclesiástica, manifiesta que Rocamora había sometido a los vecinos a régimen militar.

Como sea, el 19 de marzo de 1783 el guatemalteco, después de la misa “que vio y pagó” a fray Hipólito Guzmán, distribuyó y posesionó a cada vecino de un cuarto de manzana en la villa, una chacra en las afueras y una suerte de estancia en los campos cercanos. Instituyó también Cabildo, Cárcel, Comandancia, Cuartel, Iglesia y hasta estableció un primer vivero...

“...para que sirviera como depósito o almácigo para repartir a aquella indócil gente”.

Así quedó fundada la ciudad de San Antonio de Gualeguay Grande.

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